LOS ASANAS INVERTIDOS Y LA MENSTRUACIÓN
En la sección de este mes queremos dedicarle un espacio a reflexionar sobre una cuestión muy común en las clases y la práctica del Yoga: ¿se pueden hacer invertidas durante la menstruación?
Hasta muy entrados en el s. XX el Hatha yoga era practicado por hombres y guiado por ellos. Las mujeres, en general, no tenían acceso a esta práctica. Si a esto le sumamos que la menstruación ha sido (y sigue siendo) un tema tabú en muchas sociedades, considerando a la mujer como algo impuro mientras estaba menstruando, nos encontramos con directrices dentro de la práctica de asana dadas por hombres sobre un tema muy desconocido para ellos: nuestra sangre, nuestra menstruación. De aquí surgen afirmaciones categóricas del tipo: “no se puede hacer Sarvangasana los tres primeros días de menstruación”.
Sin embargo, hoy en día en occidente el número de practicantes femeninas es muy superior al de nuestros hermanos los hombres, por lo menos de momento.
La cantidad de mujeres que tenemos una experiencia directa con las herramientas del yoga está facilitando que ésta se amplíe y se enriquezca.
La práctica de asana nos lleva a mejorar nuestra propiocepción, a conocer mejor nuestro cuerpo y cómo funciona despertando nuestra sensibilidad y mejorando la comunicación con él. Por ello es importante que cada mujer pueda sentir si ese asana invertida le va bien, aunque esté en proceso menstrual en vez de aceptar afirmaciones sin cuestionarlas. Podemos reflexionar sobre ellas y hacer nuestra la práctica adaptándola a nuestra situación concreta.
Las diferentes herramientas del yoga no son inocuas, es decir tienen un efecto sobre nuestro cuerpo físico y su fisiología a muchos niveles, por lo que contestar que la práctica de asanas invertidas no tiene ningún efecto sobre la menstruación sería un simplismo.
Sí que lo tiene, como tiene un efecto cuando estamos realizando la digestión, pero no tiene por qué ser necesariamente un efecto negativo. Para realizar este trabajo de investigación personal debemos tener en cuenta varias cosas:
– Confirmar que no exista patología ginecológica. En estos casos es necesario seguir las indicaciones de un especialista.
– Llevar un registro de nuestro ciclo menstrual.
– Realizar al principio prácticas sencillas y sostenidas poco tiempo y observar el efecto que tienen en nuestra menstruación y en el ciclo en general.
A continuación, ofrecemos algunas claves para poder adaptar la práctica de las invertidas a nuestros días de menstruación:
Claves:
– Los días de menstruación no son iguales: quizá sintamos que durante la fase o los días de más sangrado no estemos cómodas con la inversión, aquí se propone sustituir el asana por otra, ejemplo en vez de Sarvangasana podemos hacer Setu Bandha Sarvangasana + Dandasana I. Estos días no tienen por qué ser los tres primeros ya que en cada mujer es diferente.
– El movimiento es clave para el útero durante la menstruación: podemos realizar alguna invertida en movimiento en vez de en estático. Por ejemplo: Sarvangasana en la pared subiendo y bajando la pelvis para liberar la zona lumbar y movilizar la zona del útero facilitando la expulsión del endometrio.
Cada mujer precisa de adaptaciones diferentes, dependiendo de los días, del mes o incluso de la época del año. Las pautas generalizadas pueden ser útiles cuando estamos comenzando nuestra práctica y todavía no hemos despertado nuestra sensibilidad y propiocepción. Sin embargo, cuando esta sensibilidad comienza a despertar podemos empezar a escuchar a nuestro cuerpo y ofrecerle lo más adecuado en cada momento, atendiendo sus necesidades desde un punto luminoso ofrecido por nuestra Sabiduría Interna.
Mataji Devi Radha, Formadora de la Escuela Mahashakti