LOS HUESOS
Como sabéis, es necesario que, como profesores y practicantes de yoga, tengamos algunas nociones básicas de anatomía para tratar de manera más precisa e individualizada a nuestros alumnos/as. En el número de este mes, veremos de qué están hechos los huesos, qué funciones tienen y cómo podemos favorecer su salud.
Para empezar, tenemos 206 huesos en el cuerpo, de los cuales 33 son vértebras.
Todos nuestros huesos están formados por una parte más dura y exterior, compuesta por el periostio y la corteza, y una parte más blandita y esponjosa. Si quisiéramos hacer un símil para entenderlo mejor, diríamos que nuestros huesos se parecen a las cañas de bambú que son utilizadas en la construcción de muchas casas japonesas, rígidos por fuera e increíblemente dúctiles y flexibles en el interior. Dado que en Japón ocurren abundantes fenómenos sísmicos cada año, desde hace tiempo se ha visto que el ladrillo no es el material de construcción más adecuado, puesto que se casca con los movimientos repentinos. El bambú, en contraposición, se adapta bien a las cargas imprevistas y es ideal para aguantar el peso de las casas durante los terremotos.
Con nuestros huesos ocurre lo mismo, deben ser fuertes y ligeros a la vez para soportar las cargas mecánicas producidas por nuestras actividades cotidianas: caminar, correr, nadar, saltar, hacer yoga, etc.
Otro detalle al que, como practicantes de yoga, debemos prestar atención es a que los huesos son tejidos vivos, es decir, no se mantienen igual a lo largo de toda la vida sino que van cambiando conforme pasan los años. Hasta los 22 años aproximadamente, nuestros huesos están sometidos a un proceso de modelación, donde van aumentando de longitud. Pero, a partir de esa edad, la cosa cambia y los huesos dejan de crecer a lo largo, empieza entonces un proceso de remodelación, donde pueden variar de grosor en función de nuestro estilo de vida y la alimentación que llevemos. Y es aquí donde debemos preguntarnos ¿Qué puede hacernos perder densidad ósea? A continuación, nombramos algunas causas:
– Falta de ejercicio físico regular, especialmente ejercicio de fuerza
– Falta de exposición a la luz solar
– Una alimentación pobre en calcio, magnesio, vitamina D y vitamina C
– Desarreglos hormonales y de la función tiroidea
– La edad
¿Cómo podemos, por el contrario, favorecer la densidad de nuestros huesos? Será fundamental que nos comprometamos con algún tipo de actividad física, además del yoga. Idealmente, es aconsejable realizar ejercicios de fuerza, bien con el peso de nuestro propio cuerpo, bien con pesas. El hecho de soportar cargas progresivamente mayores fortalece nuestros huesos y evita la osteoporosis. Además, es recomendable tomar el sol directamente durante al menos 15 minutos al día, intentando que toda o casi toda la superficie de nuestra piel esté expuesta por los rayos y no tapada con la ropa. Asimismo, es positivo llevar una alimentación rica y variada, con un aporte suficiente de calcio y Vitamina D. En este sentido son especialmente interesantes: las sardinas, los frutos secos, las algas de agua salada, el aceite de hígado de bacalao, etc.
Y vosotros, ¿cómo cuidáis de vuestros huesos?
Nuria, Formadora Auxiliar de la Escuela