SRI RAMAKRISHNA
Nace el 18 de febrero de 1836 en la pequeña aldea de Kamarpukur, en la Bengala occidental. El nombre con el que fue bautizado fue Gadadhar Chattopadhyay, aunque muy pronto su padre empezaría a llamarle Ramakrishna, dada su devoción por el Dios Rama.
Tuvo una infancia tranquila junto a sus hermanos, y se crió rodeado de naturaleza. Conforme fue creciendo y adquiriendo uso de razón, empezó a destacar en su entorno cercano por su increíble capacidad memorística y su inteligencia.
A los 12 años decidió dejar la escuela rural donde se estaba formando, porque no le aburría lo que se daba allí. Estaba más interesado en los sadhus errantes que pasaban a menudo por su pueblo, contando pasajes de las Sagradas Escrituras e historias religiosas. Él las memorizaba todas con gran interés para luego contárselas a su familia y amigos.
El padre de Ramakrishna muere cuando él tenía sólo 6 años. Esto hace que el niño se acerque más a su madre y se quede durante más tiempo en casa. En esta época, ya disfrutaba de la meditación y de los textos espirituales. Cuando llega a la adolescencia, la situación económica familiar empeora y se ve obligado a acudir a la Escuela de Sánscrito de Kolkata, donde le daban de comer.
Poco a poco, su inquietud por la espiritualidad va en aumento, y a edad muy temprana se hace sacerdote del templo de la diosa Kali, en Dakshineswar.
Estando en ese lugar, el joven tuvo una visión directa de la Divina Madre que marcaría su vida para siempre. Durante muchos años profundizó en las diferentes tradiciones religiosas, desde el hinduismo hasta el cristianismo, pasando por el advaita vedanta y el tantra, donde tuvo de maestra a una mujer asceta llamada Bhaivari.
Por aquella época, empezaron a correr rumores de todo tipo acerca de las experiencias de Ramakrishna, y había gente en el pueblo que afirmaba que estaba mal de la cabeza y que todo eran desvaríos. Por el miedo a las habladurías, su madre y su hermano mayor decidieron casar al joven Ramakrishna para mejorar su posición social y volverle a centrar en los asuntos terrenos. La novia se llamaba Saradamani, aunque más tarde sería conocida como Sarada Devi, y era, en realidad, una niña. Se llevaban una diferencia de 13 años de edad. El matrimonio se selló con la típica ceremonia tradicional de las zonas rurales de la India, aunque la relación entre la pareja no era nada común. Ninguno estaba interesado en las cuestiones materiales y ambos querían ser sannyasins.
Con el tiempo, ella se hizo seguidora de las enseñanzas de Ramakrishna y fue considerada también un avatar. Para Ramakrishna acabó siendo una representación de la Divina Madre en la forma.
Un dato curioso que mucha gente desconoce es que Ramakrishna pasó un tiempo de su vida vistiéndose y comportándose como una mujer. Esto es debido a una práctica espiritual de la India llamada mādhurā bhavā sadhāna, en la que los hombres, para comprender el amor y la pasión, deben jugar a ser mujeres durante largos periodos.
A finales de los años setenta, el líder del movimiento Brahmo Samaj escribió un artículo sobre Ramakrishna que le hizo famoso en toda Calcuta. A partir de ese momento, personas de todo el mundo empiezan a llegar a su Templo como peregrinos, atraídos por su sencillez y presencia. Entre los peregrinos se encontraban figuras de alto nivel como Devendranath Tagore y Swami Vivekananda, pero también gente más humilde.
No sé sabe bien en torno a qué edad Ramakrishna contrajo una enfermedad que le llevó a desencarnar en agosto de 1886. Hoy en día, tanto él como su esposa siguen siendo considerados avatares vivientes. Ramakrishna dejó, además, un legado de enorme actualidad en nuestros días, pues fue conocido por afirmar que todos los caminos conducen a Dios, independientemente de la religión que se profese.
Nuria, Auxiliar de la Escuela Mahashakti