Retirarse para nutrirse
Las buenas intenciones
Estar encarnadas en el plano físico quizás sea la experiencia más difícil que atraviesa el alma. Nuestro ego está sometido a unas normas y principios determinados por natura, que dificultan nuestra necesidad esencial de expresarnos y evolucionar.
Los antiguos, cuando se dieron cuenta de esto, fueron desarrollando y estableciendo distintas líneas espirituales, para que nuestra parte esencial pudiera gobernar sobre la parte oscura de nuestro adhara o ego (físico, vital y mental).
Todas nuestras buenas intenciones en la Sadhana: conquista de la voluntad, apertura a la transformación, esfuerzo sostenido, etc., van encaminadas en principio a ir iluminando nuestros aspectos más oscuros y potenciando las más elevadas cualidades, hasta que el velo de ignorancia y torpeza que gobiernan nuestros actos sea tan fino que estos sean los actos de nuestro corazón.
Alcanzar o realizar esto nunca ha sido fácil. Desde los primeros Sadhaks a los más modernos, como nosotras, tenemos que dedicarle tiempo y energía. Gestionar bien dicha energía es esencial para poder triunfar en este juego evolutivo.
El prana
La falta de prana se llama “Pramadha” en el Yoga. Este decaimiento pránico que produce desaliento y desgana puede hacernos fracasar o al menos ralentizar el ritmo evolutivo si se prolonga en el tiempo. Las realizaciones, conquistas y aprendizajes logrados pueden verse seriamente mermados por una bajada fuerte de nuestra energía vital.
¿Cuáles son las principales fuentes de prana?
Principalmente obtenemos la energía del aire (60%), la alimentación (30%), la exposición directa a la luz solar (5%), y a la fuerza telúrica de la tierra (5%) y la interacción con otras personas.
¿Qué nos resta prana?
- El exceso de actividad mental.
- Hablar de forma agitada y gritar.
- Respirar inadecuadamente.
- La emocionalidad excesiva.
- Enfermedades y toma de medicamentos.
- Comer desordenadamente o ingerir productos desvitalizados.
- Tomar sustancias tales como el alcohol, tabaco, azúcar, anfetaminas, etc.
- Realizar trabajos duros o tener una vida muy pasiva.
- Frecuentar lugares contaminados o ruidosos.
- Permanecer en lugares como hospitales, juzgados, cárceles.
- Compartir con personas que están en dificultad.
- Sudar excesivamente, orinar demasiado, tener diarrea o estreñimiento.
- Tener una inadecuada actividad sexual.
Hábitos de vida contemporáneos
Unido a lo anterior, los hábitos de vida actuales basados en las prisas, como el uso excesivo de pantallas (smartphone, tablet, Pc…), el ruido excesivo que hay en las ciudades, unido a la mala calidad el aire, el agua y los alimentos, hace que fácilmente vayamos por la vida con un déficit diario de prana. En general se ha normalizado el hecho de sentirse cansada y se ha popularizado tanto esa contestación a la pregunta “¿Qué tal estás?” “Tirandillo”.
Las personas que mantenemos una Sadhana Yóguica regular y cuidamos nuestros hábitos de vida solemos contar con un nivel de prana más estable. Eso nos permite, por ejemplo, compartir nuestras clases de yoga con otras personas y seguir estando bien. Pero incluso en este caso, de vez en cuando sentiremos que, por el motivo que sea, nos ha bajado el prana y se empiezan a manifestar todos los síntomas propios de esa situación.
Los retiros de yoga
Si hemos llegado a este punto de saturación y cansancio, será recomendable retirarnos a practicar, y mucho mejor si puede ser en contacto con la naturaleza y rodeadas de mucho silencio. Los Sadhaks que regularmente nos apartamos unos días del flujo intenso de la vida, notamos con tanta evidencia todo lo aquí expuesto, que cuando regresamos a la cotidianidad de nuestra vida se produce un cierto rechazo y ajuste a la realidad. Esta subida pránica y de la vibración que generan los retiros suele durar un tiempo y dejar cierto poso, pero como comentamos requiere de una pequeña transición ajustar la vibración del día a día a la que accedemos tras una práctica yóguica intensiva.
Si la gente supiera que, en pocos días, haciendo unas prácticas sencillas y agradables, tomando una alimentación más equilibrada y conectando con el sol y la naturaleza, nos sentimos tan bien, tan recargados y felices, con las ideas más claras y el corazón más tranquilo, los espacios donde se imparten retiros no darían a basto. Si a todo esto le unimos lo que hacemos en los retiros de yoga integral al conectar con las fuerzas internas y externas elevadas de la vida, el resultado es el que nos manifiestan los cientos de personas que cada año pasan por nuestros retiros.
Te invitamos a que cuando sientas esa necesidad de recargar tus pilas te retires, que además lo hagas donde consideres y puedas, si puede ser un lugar tranquilo, natural y alejado del ruido, mejor, si consideras hacerlo a alguno de los retiros que hacemos en nuestro Ashram te acogeremos con todo nuestro amor y te entregaremos nuestro mayor tesoro, la enseñanza del Yoga Integral.