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La obra literaria de Sri Aurobindo, como muchos ya sabéis, es extensa muy rica propia de un yogui que tenía en su alma impresa la consciencia de que el alma no ha venido a la Tierra tan solo para su propia salvación, si no que trae una misión más alta, lo que él resumió como “traer el cielo a la tierra”. De esa obra literaria destaca su poema “Savitri: Una leyenda y un símbolo”, en la que Sri Aurobindo hace brillar su talento poético y llevándolo hacia las cimas de la expresividad consigue transmitir lo que Mirra Alfassa llamó : “la Suprema revelación de su visión”. Cualquier fragmento del poema es una joya en sí misma, por su estilo, por su recreación inspiradora de la experiencia vidente del propio yogui, hasta tal punto que la lectura regular del Savitri es para algunos sadhaks una forma complementaria de sadhana.
El fragmento que compartimos a continuación, está extraído del Libro del Yoga (el séptimo de los doce que tiene el poema), es una parte del canto VI, titulado “Nirvana y el Descubrimiento de la Absoluta negación”, y describe el momento en el que Savitri después de haber tenido la experiencia de la absoluta quietud y silencio, es interiormente instada por su alma a no quedarse instalada en la negación de la existencia y menos aún en la tentación de rechazar lo humano en ella.
Este es una de las visiones más inspiradoras del Yoga Integral y/o Supramental de Sri Aurobindo, descubrir que lo material y lo espiritual no son polos divididos y recordarnos tanto que el Yoga no es solo para la salvación del alma humana de la ilusión, que hay en el Yoga una posibilidad mayor e invitarnos a aceptar lo humano para el humano pueda convertirse en Divino.
SAVITRI: UNA LEYENDA Y UN SÍMBOLO. LIBRO VI: El libro del Yoga. Canto VI: Nirvana y el Descubrimiento de la Absoluta Negación.
“Entonces desde las alturas una potente Voz descendió con
la Palabra que toca el corazón y encuentra el alma,
la voz de la Luz tras la voz de la Noche:
el grito del Abismo había hecho surgir la réplica del Cielo,
poder de tormenta al que expulsa el poder del Sol.
“Oh alma, no abras tu reino al enemigo;
consiente en ocultar la realeza de tu felicidad
para que el Tiempo y el Destino no descubran sus avenidas,
y golpeen con golpe atronador sobre tus puertas.
Esconde mientras puedas tu tesoro de yo separado
tras el luminoso parapeto de tus profundidades
hasta que un imperio más vasto se convierta en parte.
Mas no solo para el propio yo el Yo es ganado:
no permanezcas contenta con un dominio conquistado;
aventura todo para hacer tuyo el mundo entero,
a irrumpir en reinos más grandes dirige tu fuerza.
No temas ser nada para que puedas ser todo;
consciente de la vacuidad de lo Supremo
para que todo en ti pueda alcanzar su absoluto.
Acepta ser exigua y humana sobre la tierra,
Interrumpiendo tu recién nacida divinidad,
para que el humano pueda en encontrar su completo yo en Dios.
Tú has descendido a un esforzado mundo
para ayudar a una ciega y sufriente raza mortal,
para abrir a la Luz ojos que no pueden ver,
para hacer descender la alegría en el corazón de la aflicción,
para hacer de tu vida un puente entre la tierra y el cielo;
si quieres salvar al esforzado universo;
el vasto sufrimiento universal siente como tuyo;
debes experimentar la pena que pretendes curar;
quien el día trae debe caminar en la oscuridad de la noche.
Quien quiera salvar el mundo deber compartir su dolor.
Si no conoce la aflicción, ¿cómo encontrará la cura de la aflicción?
Quien quiera salvar el mundo debe compartir su dolor.