AUM
MODERAR LA ACTIVIDAD EXTERIOR
En general, conciliar la vida cotidiana con la sadhana siempre ha sido uno de las mayores dificultades a la que nos enfrentamos en el camino del yoga. Es imprescindible atender ambas, y encontrar un equilibrio que facilite mantener los pies en la tierra y, a la vez, cultivar nuestras más elevadas aspiraciones. Moderar la actividad exterior o retirarnos de vez en cuando para estar con nosotras/os mismas, puede ser clave para el avance de nuestra sadhana.
Cuando leemos las biografías de las grandes maestras/os del yoga universal, observamos que, en general, han tenido las mismas dificultades que tenemos los practicantes actualmente y la conciliación de la vida y el yoga aparece como uno de los puntos de inflexión en el avance de la sadhana.
Extraído de la biografía de Sri Aurobindo, escrita por Nirobadan, comparto a continuación, un interesante extracto en el que se describe ese punto de inflexión en el que Sri Aurobindo necesitó cuestionar la intensa actividad que desarrollaba cara al exterior. Este cuestionamiento le facilitó encontrar al que fue su primer instructor, el yogui Vishnu Bhaskar Lele, quien le dio las indicaciones que llevaron a Sri Aurobindo a su primera gran experiencia meditativa.
…Sri Aurobindo practicaba diariamente entre cuatro y cinco horas de pranayama y otros kriyas… pero su intensa actividad política interfería notablemente en la práctica yóguica, en su sadhana. Es más, se dio cuenta de que el progreso que había hecho con el yoga se había paralizado. Le preguntó entonces a Barin si conocía a alguien que fuera capaz de hacerle salir de aquel atolladero. Barin había oído hablar del yogui Vishnu Bhaskar Lele de Gwalior y decidió enviarle un cable pidiéndole que acudiera a Baroda. Al recibir la comunicación, Lele sintió que tenía que atender esta solicitud y partió inmediatamente hacia Baroda. Es probable que el encuentro memorable entre Aurobindo y Lele tuviese lugar durante la primera semana de enero de 1908. Lele le recomendó que abandonara por su bien la actividad política y que se dedicara a avanzar por los caminos del yoga. Sri Aurobindo no se mostró conforme, aunque accedió a suspender sus actividades políticas durante un tiempo. Tras hacerlo, desapareció un día de la noche a la mañana de la agitada escena política. Sólo sus más allegados colaboradores conocían su paradero. Durante tres días permaneció aislado en una pequeña habitación junto a Lele. Lo ocurrido durante esos días fue extraordinario. Lele le dijo: “Siéntate y verás cómo los pensamientos que hay en ti proceden del mundo exterior. Apártalos antes de que puedan entrar.” Aurobindo siguió al pie de la letra su consejo. Atended ahora a cómo Sri Aurobindo relató lo sucedido: “Nunca antes había oído decir que nuestros pensamientos pudieran captarse o procediesen del mundo exterior; no obstante, decidí seguir sus instrucciones sin cuestionar su verdad. Quedé asombrado al ver cómo me llegaban, uno tras otro, los pensamientos del mundo exterior; los aparté antes de que pudieran penetrar en mí. En tres días, mi mente quedó desprovista de cualquier pensamiento. Un profundo silencio se apoderó de ella, silencio que todavía habita en mí.” Y añadió: “A continuación percibí muchas otras experiencias profundas. Sentía que el mundo no era más que un conjunto de vagas imágenes, como las proyectadas en un film, a merced de la voluntad del supremo e impersonal Brahmán en su dominio del universo. Tal inconcebible e intensa percepción me transportó a un estado de indescriptible serenidad, de profundo silencio, de infinita liberación y de libertad.”