YOGA Y DOLOR MENSTRUAL
La dismenorrea o dolor menstrual afecta a un porcentaje elevado de mujeres, muchas veces desde la primera regla. No hablamos aquí de la típica pesadez o las típicas molestias más o menos ligeras, sino de un dolor abdominal persistente que acusa con calambres, malestar general, náuseas, vómitos, diarrea y, a veces, incluso lipotimia, y que puede llegar a incapacitar durante horas o días a la mujer.
Simplemente a modo informativo, decir que existen dos tipos de dismenorrea: la primaria y la secundaria, cada una está provocada por causas diferentes y requiere de un tipo de intervención ginecológica específica. En cualquier caso, si sospechamos que nuestro dolor menstrual es más agudo o incapacitante que la media, deberemos acudir a un especialista para obtener un buen diagnóstico y tratamiento.
Más allá de esto, queremos arrojar luz y esperanza sobre la vida de muchas mujeres. Sabemos, por experiencia, que, ante cualquier dificultad, podemos responsabilizarnos y poner de nuestra parte para mejorar los síntomas y afrontarlos de la manera más optimista posible.
El Yoga siempre constituye una herramienta complementaria y, teniendo en cuenta algunas claves, puede ayudarnos en las reglas dolorosas.
A continuación, os damos pautas para mejorar el bienestar y la comodidad en estos días.
• La intuición como guía. En muchas líneas de yoga se prohíbe o se desaconseja la realización de asanas concretas durante este periodo. Por ejemplo, algunas corrientes no recomiendan la práctica de posturas invertidas.
En nuestro caso particular, creemos que la propia intuición y las sensaciones del cuerpo pueden ser herramientas lo suficientemente fiables a la hora de decidir qué asanas hacer. Si tienes la regla y notas alivio en Sirsásana o Kapalásana, por ejemplo, adelante, no te limites.
• Movilizar el útero con suavidad. El dolor, de alguna manera, está indicando el disconfort de nuestro útero. Realizar asanas que lo muevan con dulzura, lo mezan y recoloquen puede ser muy beneficioso. En este sentido, hay mujeres que encuentran alivio practicando sentadas o tumbadas, preferiblemente con apoyos (manta, cojín, tacos y cinturón). Alargar el número de respiraciones en cada asana e ir entrando poco a poco ayuda mucho también.
Algunas asanas que, por lo general, resultan adecuadas son: Paschimottanasa, Supta Baddha Konásana, Sethu Bandha Sarvangásana, Ardha Kurmásana, Dandásana I con el apoyo de la pared, Adho Mukha y Savásana con las piernas flexionadas.
• Incluir música tranquila y una relajación final. Cuando la menstruación es dolorosa, es tiempo de mimarnos más que nunca. Una relajación de unos minutos con música suave puede hacer maravillas. Mientras escuchamos la canción elegida, podemos ponernos en la postura del niño Krishna.
• La respiración que equilibra. Como pranayama, aconsejamos optar por alguno equilibrante, Raja Pranayama es ideal para estos casos, pues va a estabilizar nuestro estado anímico, nos va a dar mayor claridad y va a contribuir a normalizar el flujo hormonal.
• Meditar en 4ª chakra. Aunque la meditación puede llegar a complicarse si el dolor es agudo, enraizar la atención en el centro del pecho nos hará ganar foco y darnos cuenta de la estabilidad y solidez que hay en nosotras a pesar de todo.
Y vosotras, ¿habéis tenido o tenéis dismenorrea?, ¿qué herramientas del Yoga utilizáis en vuestro caso particular y qué habéis visto que os da más resultados? Podéis escribir en comentarios, os leemos a todas.
Nuria, Auxiliar de la Formación de Profesores/as