YOGA PARA PREVENIR LA DROGODEPENDENCIA
Autores del estudio: Bethany Butzer, del Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York, en Praga, República Checa; Amanda LoRusso y Sat Bir S. Khalsa, del Departamento de Medicina del Hospital de Mujeres de Brigham, Escuela Médica de Harvard, Boston; y Sunny H. Shin, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Virginia Commonwealth, Bichmond, USA.
Introducción:
El consumo de sustancias entre el público adolescente ha ido en aumento en los últimos años. Una encuesta nacional a 4245 adolescentes de los Estados Unidos revela que un 52,4% empezó a consumir alcohol antes de los 16; un 43,6 % consumió marihuana antes de esta edad y un 29,3 % tabaco.
La mayoría de los programas escolares de prevención se centran en dar información a los estudiantes sobre las diferentes drogas y enseñar una serie de habilidades psicológicas como: autocontrol, asertividad, etc. Se ha comprobado que estos programas tienen unos beneficios muy modestos, y solamente a corto plazo. Por ello, se están buscando fórmulas o programas alternativos.
El presente estudio pretende analizar la efectividad de un Programa de Prevención basado en el Yoga y la Meditación con adolescentes.
Antecedentes:
Investigaciones anteriores apuntan a que el abuso de sustancias en la adolescencia está relacionado con una menor capacidad de autorregulación. Entendemos por “autorregulación” la capacidad por la que los individuos pueden darse cuenta de qué emociones tienen, cuándo las tienen, cómo las experimentan y de qué modo las expresan.
A parte de esa menor capacidad para autorregularse, los adolescentes que empiezan a consumir drogas de manera habitual suelen tener un estado de ánimo más bajo que el resto y unos índices elevados de ansiedad.
Asimismo, se ha visto que son personas que tienden a orientarse hacia actividades que producen una satisfacción inmediata, en lugar de involucrarse en proyectos que requieren más compromiso a largo plazo, como el deporte.
La literatura científica reciente sugiere que el Yoga podría tener efectos beneficiosos en el bienestar físico y psicológico de niños y adolescentes, especialmente en lo que se refiere a la mejora del estado de ánimo, la reducción del estrés y la ansiedad. Un par de estudios, además, confirman que el Yoga resultó eficaz para que estudiantes que querían dejar el tabaco y el alcohol, pudieran hacerlo y sentirse bien.
Objetivos e hipótesis iniciales del estudio:
El principal objetivo de este estudio es evaluar si un programa escolar basado en el Yoga puede reducir los factores de riesgo implicados en el consumo de sustancias, como: desregulación emocional, cambios de humor, estrés e impulsividad. También se quiere examinar si el Yoga aporta factores de protección como el autocontrol y la capacidad de involucrarnos en actividades más a largo plazo, que requieran de nuestro esfuerzo y compromiso y no nos ofrezcan satisfacciones inmediatas.
Asimismo, se busca examinar si el Yoga puede prevenir el consumo de sustancias o reducir su frecuencia a largo plazo, realizando evaluaciones periódicas seis y doce meses después de la intervención.
La hipótesis de partida es que los estudiantes del grupo de Yoga podrán disminuir sus factores de riesgo en relación al consumo de sustancias, mientras que el grupo de control no.
Material y métodos:
Este estudio se llevó a cabo durante el curso escolar 2013-2014 en una escuela pública de Boston, Massachusetts. Los participantes en la investigación fueron 77 chicos y 132 chicas de 12 años. Todos fueron asignados aleatoriamente bien al grupo de control, bien al grupo de Yoga.
Grupo de intervención: recibieron 32 sesiones de Kripalu Yoga adaptado a las escuelas por el Centro Kripalu de Yoga y Salud. 1 sesión de 45 minutos a la semana, durante 6 meses aproximadamente.
El Kripalu Yoga es completamente secular, está enfocado en el manejo del estrés, la autorregulación emocional, la autoestima, la confianza y la mejora de las relaciones entre iguales.
Cada sesión consistía en:
• Ejercicios de centramiento y respiración (5 minutos). Se hizo la respiración oceánica, respiración alterna, y la respiración completa de Yoga.
• Calentamiento (5 minutos)
• Asana (15 minutos).
• Contenido didáctico y experimental (5 minutos). Ejercicios de escucha activa, grupos de discusión, manejo del estrés ante situaciones hipotéticas, etc.
• Relajación (5 minutos)
Estas sesiones fueron impartidas por dos profesores experimentados de Yoga Kripalu y 5 asistentes.
Grupo de control: Las personas a las que les tocó ser parte del grupo de control realizaron actividad física durante los 45 minutos que duraba la sesión de Yoga, 1 sesión por semana durante 6 meses. Los deportes practicados fueron, entre otros, fútbol, baloncesto, hockey, kickball y voleibol. En ningún caso se introdujo nada de Yoga.
Estas sesiones fueron lideradas por 3 profesores de Educación Física.
A todos se les pasaron los mismos cuestionarios durante las sesiones:
• Para medir el estado de ánimo, se les pasó la Escala The Brunel University Mood (BRUMS). Mediante una serie de preguntas, esta prueba mide la tensión, la depresión, el enfado, la fatiga y la confusión.
• Para medir el estrés, se les pasó la Escala 10-item Perceived Stress, ampliamente utilizada para conocer las situaciones de la vida ante las que el individuo siente estrés.
• Para medir la impulsividad, mediante la Escala UPPS-P Impulsive Behavior, que busca saber el grado de premeditación, la búsqueda de sensaciones placenteras, la urgencia y la impaciencia.
• Para medir la autorregulación emocional y el autocontrol se utilizaron cuestionarios con diferentes ítems.
• Para medir las ganas de consumir diversas sustancias, se utilizó un cuestionario de 13 preguntas, basadas en la encuesta Youth Risk Behavior.
• Para medir la frecuencia en el consumo de sustancias, se les pasó otra versión de la Youth Risk Behavior, con 16 preguntas sobre el consumo de tabaco, alcohol, marihuana y otras drogas.
• Para ver cómo percibían el Yoga las personas del grupo de intervención, se les pasó el cuestionario de 12 preguntas Yoga Evaluation Questionnaire (YEQ), creado por SBSK.
Resultados:
Este estudio revela sobre todo importantes diferencias entre los chicos y las chicas adolescentes. Gracias a los distintos cuestionarios, por ejemplo, se ha visto que las chicas reportan mayores niveles de tensión y confusión en general, y los chicos mayores niveles de negatividad, ansiedad y búsqueda de sensaciones placenteras, independientemente de si practican Yoga o no.
En lo que respecta al control emocional, las chicas que participaron en el estudio e hicieron Yoga durante el mismo, mostraron importantes mejoras. Estas mejoras se mantuvieron, además, a largo plazo. En el caso de los chicos, experimentaron mejoras sólo los del grupo de control, esto es, los que practicaron deportes más activos. Se piensa que estos resultados pueden deberse a los prejuicios que existen todavía en muchos chicos acerca del Yoga, pues siguen relacionándolo con algo femenino.
A parte de las diferencias entre géneros, sí parece que el Yoga puede tener efectos beneficiosos a la hora de prevenir el consumo de tabaco. Los participantes que practicaron Yoga expresaron tener menos ganas de fumar a lo largo y después de la investigación, mientras que los sujetos del grupo de control manifestaron mayor deseo de consumir cigarrillos.
En cambio, y contrariamente a la hipótesis inicial, no se han observado diferencias significativas entre ambos grupos en lo que se refiere a los niveles de estrés, las ganas de consumir marihuana, alcohol u otras drogas después del estudio.
En resumen, los resultados sugieren que el Yoga podría ser útil a la hora de prevenir el consumo de tabaco en chicos y chicas adolescentes. A su vez, parece mejorar la auto-regulación emocional en mujeres. Sin embargo, es necesario seguir haciendo estudios en muestras de población más diversas.
Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5133199/
Nuria, Formadora auxiliar de Mahashakti