CÓMO COMENZAR CON EL YOGA TERAPÉUTICO
Cuando acabamos nuestra formación de yoga, llega el momento de ponernos delante de nuestros grupos y dar clases regulares. Este paso es una barrera que todas/os hemos tenido que atravesar con más o menos dificultad. Sin embargo, a la hora de ofrecer yoga terapéutico, la perspectiva cambia. Por lo general, no disponemos de conocimientos tan específicos sobre el tema y esto genera cierta inseguridad.
Afrontar la mejora de patologías sin ser profesionales de la salud es un reto sin duda ambicioso, y pueden surgirnos algunas dudas.
¿Es posible dedicarnos al yoga terapéutico? A continuación, veremos una serie de puntos para poder poner tierra a nuestros planes y abrirnos a esta beneficiosa herramienta.
Establece tus capacidades y tus límites reales
En el artículo anterior hablábamos de la capacidad de cada persona para afrontar ciertas patologías, en base a su formación y aptitudes. Si somos sinceras con nosotras mismas, será sencillo establecer los límites de los que podemos ofrecer y lo que no. Es importante pensar no sólo en lo que no sabemos, sino también en las parcelas que ya controlamos.
Ofrecer yoga terapéutico no solo es abordar patologías graves como una lesión cervical, en donde la mayoría de nosotras tendremos que partir del consejo de un especialista en la materia, sino que también podemos ayudar en asuntos más sencillos, como favorecer la recuperación de una lesión de tobillo de grado I.
Experimenta tus propuestas
Las clases de yoga terapéutico se salen de nuestras prácticas comunes, por ello es necesario que las experimentemos en nosotras antes de ofrecerlas. Por ejemplo, si nuestra propuesta está orientada a mejorar una patología lumbar, prestar especial atención a la zona en cuestión durante la práctica nos ayudará a mejorar y testear nuestras clases. Esto además nos aportará un enriquecimiento personal y un aprendizaje de las herramientas que utilizamos.
Retroalimentación alumno-profesor
El yoga terapéutico requiere de un espacio de feedback para poder continuar con la práctica individualizada y que sea de calidad. Este punto lo desarrollaremos en posteriores entradas.
Aprovecha las oportunidades
Abrirse a este trabajo del yoga surge generalmente desde las clases ordinarias. Si en nuestras clases comentamos que realizamos sesiones de este tipo y estamos abiertos a la posibilidad, se irán dando diferentes situaciones para poder comenzar desde el punto donde nos encontremos.
Por otro lado, la situación actual que vivimos en sociedad genera un clima ideal para el trabajo individualizado que este yoga propone, por lo que este año que entra puede ser un buen momento para asomarnos a este espacio de desarrollo de nuestra enseñanza.
Kavi, Formador de la Escuela Mahashakti