Estos aspectos serían dar respuesta a tres líneas principales: 1.¿Qué quiere la alumna? Como profesores de yoga, sabemos y conocemos las patologías de nuestro alumnado y adaptamos nuestra clase, pero no es nuestro objetivo principal sanar sus patologías, sino algo mucho más amplio enfocado a un grupo clase y relacionado con todas las partes del ser y su desarrollo integral. Sin embargo, la persona que llega al yoga terapéutico llega con un objetivo determinado, generalmente mejorar, aliviar o sanar un dolor/patología. Por ello no es tanto conocer la patología y el que quiere el alumno, sino darle una importancia principal e individualizada a ese objetivo en nuestra sesión, sin perder el trabajo integral. En esta primera fase debemos de escuchar al alumno, una entrevista previa es imprescindible para poder recibir la información necesaria, a todos los niveles y orientar nuestros criterios y objetivos. 2. ¿Qué necesita? Lo que el alumno quiere, no siempre es lo que necesita, en ocasiones la llamada ha sido en la puerta inadecuada o las expectativas que tiene respecto al yoga no son realistas.. Para ello, tenemos que tener claro que viene buscando el alumno e identificar muy bien la necesidad que nos transmite. En muchas ocasiones el alumnado viene a yoga buscando una ayuda que quizás tenga que ser realizada por un médico, fisioterapeuta, psicólogo o cualquier especialista. Aquí nuestra labor es la de ubicar y transmitir bien a la persona cual es el aporte real del yoga. Podemos afirmar que el yoga va a ser una ayuda en la mayoría de procesos terapéuticos, pero en cada caso, el peso que tendrá en el proceso será diferente y esta información es clave para alumno y terapeuta para encuadrar la yogaterapia. Una vez que tenemos acotadas las necesidades reales del alumno, debemos de confirmar que desde nuestro conocimiento como profesoras de yoga, podemos ofrecerle un apoyo individualizado a través de la yogaterapia. Aquí entran en juego nuestros recursos como profesoras de yoga, como de conocimientos afines que podemos ofrecer y desde ahí qué beneficios podemos aportar desde nuestras capacidades. En esta parte debemos de actuar con máxima sinceridad hacia nosotras y al alumno. Hay profesoras y profesores de yoga que tienen otras capacidades y conocimientos que quizás incorporen en sus clases, pero ello no implica que tod@s podamos hacerlo ni abarcar las mismas situaciones. Kavi, Formador de la Escuela Mahashakti LOS TRES PILARES DEL YOGA TERAPÉUTICO
En el momento en el que nos colocamos en la esterilla como profesoras de yoga de calidad, nuestra enseñanza está programada y dirigida a unos objetivos concretos en nuestras clases. Como comentábamos en la entrada anterior estos objetivos tienen un criterio respecto al grupo que tenemos. Cuando nos adentramos en el yoga terapéutico esa programación es más individualizada y por ello tenemos que valorar otros aspectos, que en nuestras clases ordinarias no sería posible, al menos al detalle que abordamos en el nivel terapéutico.
3. ¿Qué puedo ofrecerle?