YOGA PARA NIÑOS/AS CON TEA
Cuando hablamos de niños y niñas TEA nos referimos a aquellos que han sido diagnosticados con algún Trastorno del Espectro Autista: trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado y el síndrome de Asperger. Aunque puede haber diferencias individuales entre ellos y distintos niveles de capacidad (desde la dificultad severa en el aprendizaje a la superdotación), todos tienen en mayor o menor medida problemas de relación social, de comunicación y de conducta significativos. Su manera de relacionarse con el entorno, de adquirir el conocimiento y de reaccionar ante los estímulos es, simplemente, diferente. Algunas señales que podrían ser indicativas de TEA son:
*Mostrar indiferencia ante otras personas, no prestar atención cuando se les habla y evitar el contacto visual.
*Sentir interés por los demás, pero no saber comunicarse con ellos ni comprender su mundo emocional.
*No mirar a los objetos que un adulto señala. No señalar objetos que quiere o que llaman su atención, como un peluche, una pelota, etc.
*Repetir frases, palabras, gestos o movimientos de manera mecánica, sin sentido aparente.
*Ausencia de juego simbólico. Son niños/as que no juegan a que son maestros, enfermeros, pilotos, futbolistas, mamás y papás, etc. Tampoco utilizarían nunca una escoba o un palo de fregona como caballo.
*Reacciones viscerales y poco comunes ante estímulos nuevos como: olores, personas, texturas, colores, formas, etc.
En torno a los 18 meses de edad, ya se puede entrever si un niño va a tener TEA y a los 2 años es posible hacer un diagnóstico acertado.
Ahora bien, una vez que tenemos el diagnóstico en la mano, lo importante es empezar a estimular a estos pequeños siguiendo las pautas de maestros, psicólogos y pediatras.
Si somos profesoras de Yoga y queremos dar clase a estos niños/as, bien dentro de un grupo ordinario, bien en alguna Asociación o colegio de Educación Especial, deberemos tener en cuenta una serie de pautas:
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- Procurar que el grupo sea reducido, que no supere las 5-6 personas, pues la atención aquí va a ser muy individualizada.
- Tener una estructura de clase muy bien organizada, ordenada y rutinaria. Los niños y niñas con TEA se sienten más cómodos en contextos previsibles y disfrutan con la repetición de canciones, cuentos, asanas y ejercicios.
- No introducir cambios bruscos ni en la decoración ni en las sesiones, ni siquiera en los materiales que empleamos. Si vamos a trabajar con plumas, por lo menos aguantar así un trimestre. Después, ir viendo si se puede meter algún material de textura, tamaño y funcionalidad similar.
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- Evitar el exceso de luces, ruidos, indicaciones verbales, estímulos visuales, etc. Cuanta más sencillez y más minimalismo, mejor.
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- Cuando se nos acaben las ideas: música. Las canciones repetitivas, los mudras y los mantras fáciles de memorizar, llaman mucho su atención y les devuelven al momento presente mucho más rápido que cualquier instrucción verbal.
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- Tener cuidado con todo lo relativo al tacto y al contacto: los juegos en grupo, los masajes, las asanas en pareja… pueden resultar muy agresivas al principio para algunos niños. Probar con algo sutil al principio y ver la reacción.
- Hacer uso de tarjetas o cartas con ilustraciones que indiquen lo que hay que hacer. Dado que, a muchos de estos niños, les cuesta mantener el contacto visual con otras personas, es recomendable utilizar tarjetas con dibujos de las posturas que vayamos a hacer o de los juegos. A ellos les suelen gustar estas tarjetas y suelen entenderlas bien.
- Sustituir las meditaciones y relajaciones por cuentos o canciones con mudras. La capacidad de abstracción de estos niños varía muchísimo, un Asperger puede tener una capacidad mayor, incluso, que nosotros, pero un niño con trastorno generalizado del desarrollo no. Por eso es mejor evitar todo lo que tenga que ver con imaginar, visualizar o cerrar los ojos.
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Esperamos que os haya sido de utilidad este artículo y os haya dado algunas ideas para trabajar con este grupo de niños y niñas. Recordad que el Yoga puede ser muy beneficioso para ellos, pues puede ayudarles a relacionarse con los demás, a comunicarse mejor y adaptarse a los contextos poco a poco, sin prisas y a su ritmo.
Nuria, Maestra, Educadora Social y Formadora Auxiliar de la Escuela Mahashakti