YOGA CON COLUMPIO
La palabra “volar” suele intimidar a muchas personas, pues imaginan que van a tener que realizar algo parecido al Cirque du Soleil: saltos mortales, volteretas en mitad de la nada, etc. Volar nos recuerda, además, al primer viaje que hicimos en avión, que no siempre fue de lo más agradable. En fin, podría decirse que hay quien tiene una especie de “alergia al riesgo” o una intolerancia a las experiencias nuevas, seguramente provocada por el recuerdo de cosas pasadas (samskaras), como caídas o lesiones. Estos samskaras a veces pueden llevarnos a suponer que hacer una actividad como el Yoga con columpio es algo imposible para nosotros/as.
Partimos de la base de que el miedo a volar es algo atávico impregnado en el inconsciente colectivo. El constructo de volar está relacionado con la caída y el peligro para nuestra integridad física. Pensemos en cuántas anécdotas y cuentos infantiles y hasta religiosos, recogen la historia de alguien que se arriesgó demasiado, o se portó mal, o fue egoísta y de algún modo fue castigado a caer al vacío.
Y bien, ¿Cómo reacciona nuestro cuerpo ante el miedo?
El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos, se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la producción de adrenalina, glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunológico se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina).
El miedo es, en cierto modo, algo aprendido y, por tanto, se puede desaprender. La información y consciencia sobre nuestro cuerpo-mente es una de las mejores armas contra el miedo.
¿Qué beneficios tiene volar en una disciplina como el Yoga columpio?
El trabajo con el columpio facilita la ejecución de cada postura y permite incrementar el trabajo de fuerza del cuerpo, lo cual va a estar relacionado con el fortalecimiento de nuestra mente. Creo sinceramente en la premisa de que todo lo que desarrollamos en el cuerpo se traslada a lo mental. Por tanto, si nuestro cuerpo se vuelve más fuerte, flexible y equilibrado, estaremos cultivando estas habilidades en nuestra interioridad también.
Cada vez que los cuerpos se invierten,800 músculos motores quedan en suspensión y está constatado que la musculatura superficial y profunda se relaja, el sistema parasimpático se pone en funcionamiento haciendo partícipe a los universos de nuestra mente también de esta relajación y sensación muy agradable de levedad y bienestar integral.
Además de esto, y para alivio de los más miedosos/as, hay que resaltar que la práctica de yoga columpio se realiza de forma progresiva, es decir, nos iniciamos con zonas del cuerpo que están enraizadas y en contacto con la tierra y otras suspendidas, para ir progresando hacía una inversión total.
Estar boca abajo nos permite resetear nuestra mente
La experiencia de vernos boca abajo hace que el espacio tome otra dirección, y esto ayuda a nuestro cerebro a abrirse y a interpretar nuevas posibilidades, direcciones, visiones de la vida… Esto nos aporta la ocasión de transcender esos miedos e inseguridades internas y abrirnos a la vivencia del potencial que sale a la superficie desde esta nueva perspectiva.
Gracias a la asistencia del columpio en la práctica de yoga conseguimos realizar las asanas de inversión con total seguridad, versatilidad y facilidad para que sean integradas y luego podamos transferirlas a tierra o incluso a otras disciplinas.
Tratar cualquier mínima incomodidad como si se tratase de un lastre evita que podamos soltarla y confiar en que podremos perder el miedo.
Muchas veces no nos atrevemos a dar el paso en muchas cosas porque nuestro psiquismo interpreta que son difíciles , pero nos parecen que son difíciles porque realmente no desarrollamos aún el valor para hacerlas….
Para mí, abrirse a la experiencia del mundo aéreo es como abrirse a la fuerza del amor, es como el comienzo de un romance , en el que una/o comienza a adentrase poco a poco, respetando los espacios, tomando confianza hacía lo desconocido y dejando que fluya ese encuentro sincero donde la entrega es un nutrirse constante, un intercambio de fuerzas sutiles y luminosas que nos llevan juntos de la mano a un autoconocimento compartido y a explorar los infinitos universos de nuestra interioridad
Kali Devi