DIFERENCIAS ENTRE EL YOGA COLUMPIO Y EL YOGA AÉREO
El yoga aéreo comienza en el año 2000, inspirado por el maestro BKS Iyengar. Él fue, sin duda, pionero a la hora de utilizar apoyos e implementos como cuerdas o mantas, que llevaban al cuerpo a un estado ingrávido, y le permitían disfrutar de todos los beneficios del Hatha Yoga.
Más tarde, fueron los discípulos de Iyengar quienes verdaderamente promovieron lo que se conoce en la actualidad como “yoga aéreo” o “yoga en el aire”. También nacieron en EEUU estilos como el “antigravity” o el “yoga air”.
Aunque con distintos formatos, todos tenían el mismo objetivo y daban prioridad al ásana. En ocasiones, incluso, hacían énfasis exclusivamente en la parte física externa tipo gimnástica.
En el yoga aéreo las herramientas que se utilizan pueden ser desde cuerdas, telas tipo paracaídas o telas de un componente elástico. Estas últimas se emplean para hacer “telas acrobáticas o aéreas” que, como su nombre indica, son una mezcla entre la acrobacia y la danza en el aire. Suelen tener una medida de 16m, pero ya estarían dentro de otra técnica diferente en la que no nos detendremos ahora.
Como puede verse, y siguiendo con el yoga aéreo, los materiales pueden ser múltiples y variados, pero siempre tendrán la finalidad de llevar el cuerpo a un estado ingrávido en el asana.
Por su parte, el yoga columpio surge a la par que el yoga aéreo, y también tiene su origen en la línea Iyengar. Son sus discípulos, con Karen Fuller a la cabeza, quienes diseñan un modelo que se caracteriza por una tela de material similar a la del paracaídas y con dos brazos que tienen tres estribos cada uno. Esta herramienta es más versátil, técnica y completa a la hora de llevar el asana a la práctica.
El columpio, en sánscrito “Khatva”, puede utilizarse con diferentes fines y desde distintas modalidades: yoga restaurativo, yoga para adultos, niños o embarazadas, etc. En todos los casos, supone un soporte direccional excelente y asiste tanto en la práctica de Hatha (especialmente en asana) como en la relajación y en el Raja Yoga (la meditación).
Al final, hay que entender que el columpio es una herramienta más, al igual que podemos utilizar un taco, un bolster, el cinturón, la wheel o rueda, etc. Lo único es que nos ayuda de forma extraordinaria a profundizar en la práctica y nos lleva a la experiencia del estado ingrávido sin perder el objetivo del yoga: el encuentro con lo más elevado de nuestro potencial interno.
Kali Devi, Formadora de Profesores/as de Yoga Integral