DE LA CRISIS A LA OPORTUNIDAD
El mes de septiembre es un mes de reencuentro en el aula, reencuentro con la enseñanza, docentes, compañeros, libros, nervios y alegría. Sin embargo, este año todo esto se ve eclipsado por la pandemia. Las primeras conversaciones de educación solo hablan de distancias, normas y medidas dejando a un lado la parte más humana y educativa.
Sin entrar a valorar las medidas y normas, que no corresponde tratar aquí, la realidad educativa a día de hoy es la que es y nos plantea una serie de contextos educativos singulares y novedosos.
Será desde esta realidad donde podemos afrontar esta crisis como una oportunidad para que el yoga esté presente en el aula y ayude tanto a alumnos/as como a docentes a mejorar su bienestar en este peculiar curso académico.
Por ello exponemos en este artículo dos oportunidades de cómo convertir estas nuevas situaciones en oportunidades para abrir las puertas del yoga y sus beneficios.
Pranayama para la mascarilla.
La mascarilla como elemento de protección va a ser obligatorio desde edades tempranas. Esto inevitablemente repercute en la acción respiratoria por lo que el trabajo de Pranayama puede ser una herramienta que mejore este hándicap. Por norma general generamos una respiración superficial en situaciones de estrés y tiende a “instalarse” en nuestro día a día. Esto se va a ver aumentado por la mascarilla, tanto por el acto respiratorio en sí, como por lo que supone para los más pequeños tener “algo” pegado a su cara. El utilizar pequeñas pausas para realizar trabajo de pranayama en el aula favorece que el aire estancado en la base de los pulmones se renueve, el nivel de oxígeno en sangre aumente y se instale una sensación de calma con prácticas muy sencillas y accesibles para alumnos y docentes.
Asana en tiempos de inmovilidad
La distancia de seguridad y el no contacto entre personas es otra medida que ha entrado en las aulas. De nuevo aparte de otros hándicaps, la falta de movilidad del alumnado, ya de por sí limitada en la normalidad, se verá aún más restringida. El trabajo de asanas y de karanas en clase, permite una movilidad física ordenada, sin necesidad de cambiar de espacios y manteniendo las distancias.
Si elegimos las herramientas adecuadas, este tipo de herramientas del hatha yoga pueden ayudar a que nuestras aulas no se vean tan afectadas por el sedentarismo cada vez es más común en edades tempranas y agravado por las normativas actuales.
Enseñar herramientas de este tipo en nuestras aulas, además de practicarlas con ellos, va a dotar a nuestros alumnos de recursos muy útiles en estos tiempos de pandemia que podrán serles de utilidad no solo en el aula y en esta situación excepcional, sino a lo largo de toda su vida.
Kavi, Formador de la Escuela Mahashakti