Salud miofascial y el Yoga: Un enfoque integral
La fascia es un tejido conectivo que juega un papel fundamental en nuestra salud. Subestimada hasta hace no mucho, su papel va mucho más allá de ser una simple malla o capa que envuelve los músculos y los órganos; es un sistema complejo que condiciona nuestra movilidad, postura y bienestar general.
Entonces, ¿qué es la fascia?
La fascia es una red de tejido conectivo que envuelve todo nuestro organismo. Está compuesta principalmente de colágeno, elastina y agua, lo que le aporta flexibilidad y resistencia. Existen diferentes tipos:
- Fascia superficial: localizada justo debajo de la piel, permite que la piel se mueva libremente sobre los músculos y huesos.
- Fascia profunda: rodea y sostiene los músculos, huesos y articulaciones, proporcionando un soporte esencial para el sistema locomotor (musculoesquelético).
- Fascia visceral: envuelve y sostiene los órganos internos, los mantiene en su lugar y facilita su movimiento.
- Fascia vascular: envuelve los vasos sanguíneos.
La fascia y las cadenas miofasciales
Las cadenas miofasciales son agrupaciones de tejido muscular (músculos) y fascia interconectados entre sí que se extienden por todo el cuerpo. Estas cadenas permiten que diferentes partes del cuerpo trabajen juntas de manera fluida y posibiliten el movimiento. Existen varias cadenas, como la cadena posterior o la cadena anterior, cada una con un papel específico en el funcionamiento del cuerpo.
Relación entre las cadenas miofasciales y el Yoga Integral: El impacto de una práctica diaria.
La práctica diaria de nuestra sadhana tiene un impacto profundo en la salud de las cadenas miofasciales. Puede aportar muchos beneficios tanto a nivel físico como a nivel psicoemocional.
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Mejora continua de la flexibilidad de las cadenas miofasciales.
Practicar a diario hace que trabajemos constantemente las cadenas miofasciales, ayudando a no solo mantener sino mejorar su flexibilidad. Los asanas estiran y movilizan diferentes cadenas miofasciales, lo que ayuda a liberar tensiones acumuladas y mejorar la amplitud de movimiento.
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Aumento del equilibrio y de la coordinación.
Practicar a diario desarrolla la conciencia corporal (la propiocepción) y el equilibrio, optimizando los patrones de movimiento, lo que beneficia la coordinación entre las cadenas miofasciales y ayuda a mantener una buena postura corporal. Por ejemplo, vrksasana y urdhva tasadana.
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Liberación constante de tensiones miofasciales
El yoga facilita una liberación continua de tensiones en las cadenas miofasciales. Tanto asana como pranayama ayudan a relajar y estirar las áreas tensas, promoviendo la flexibilidad y la relajación de los tejidos conectivos que ya hemos mencionado.
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Fortalecimiento y tonificación miofascial
Los asanas que implican resistencia y soporte tonifican los músculos y fortalecen el tejido conectivo, contribuyendo a una mayor resistencia y capacidad para manejar las tensiones que puedan surgir. Por ejemplo, tripadasana y utkatasana.
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Recuperación y adaptación constantes
La práctica diaria apoya la recuperación y la adaptación a desafíos físicos y emocionales. La liberación miofascial y el fortalecimiento proporcionados por la sadhana ayudan a mantener las cadenas miofasciales saludables, facilitando una recuperación más rápida de lesiones y una mejor adaptación ante el estrés físico.
¿Qué ocurre con la fascia durante una rehabilitación?
Inmediatamente después de una lesión, la fascia suele volverse rígida y tensa como parte de la respuesta inflamatoria del cuerpo, además de agravarse, por ejemplo, al utilizar escayola durante un tiempo (en caso de ser necesaria). Esta rigidez limita el rango de movimiento y afecta a su funcionalidad.
Durante las primeras etapas de rehabilitación la fisioterapia o el masaje miofascial, son terapias destacables para mejorar la circulación, reducir la rigidez y restaurar la flexibilidad en el área afectada. La incorporación de ejercicios suaves y estiramientos específicos ayuda a recuperar la movilidad también.
Yoga durante una rehabilitación
El yoga también puede ser una herramienta valiosa durante una rehabilitación. Los movimientos controlados y los estiramientos suaves ayudan a liberar tensiones en la fascia y mejorar la movilidad. Según la zona se podrían proponer diversos asanas concretos para contribuir a restaurar la flexibilidad y fortalecer dicha área afectada, facilitando una recuperación más completa.
Relación entre la salud fascial y el estado emocional
La salud de la fascia no solo nos afecta a nivel físico, también está estrechamente conectada con nuestro estado psicoemocional. La fascia tiene una relación bidireccional con nuestras emociones: no solo puede verse afectada por el estado emocional que tenga una persona, sino que también puede inducirnos a un estado emocional concreto.
Estrés y tensión fascial: De lo corporal -> a lo emocional
En etapas de estrés, ansiedad, emociones intensas o una vida sedentaria, hace que nuestro cuerpo tienda a acumular tensiones, y que la fascia pueda volverse rígida y súper sensible. Esta rigidez restringe el movimiento y causa molestias físicas, lo que a su vez puede agravar el estado previo, creando una retroalimentación negativa.
Impacto de las emociones en la fascia: De lo emocional -> a lo corporal
Las emociones también pueden dejar su huella en la fascia. La tensión emocional a menudo se acumula en áreas específicas del cuerpo, como el cuello, los hombros y la espalda. Un ejemplo es la tristeza y la depresión, que pueden provocar una postura encorvada, lo que contribuye a la rigidez fascial del torso y de la columna vertebral. Esto es en lo que se basa el método GDS.
Método GDS de Godelieve
El Método GDS (Godelieve Denys-Struyf), desarrollado por la fisioterapeuta belga Godelieve Denys-Struyf, ofrece una perspectiva integral sobre la salud fascial y emocional. Se enfoca en el análisis y tratamiento de las cadenas miofasciales para mejorar la postura, la movilidad y, por tanto, la salud psicoemocional. Según el GDS, la salud fascial está íntimamente ligada a las emociones y el estado mental, y trabajar con la fascia puede ayudar a liberar tensiones emocionales acumuladas en el cuerpo que ni siquiera sabíamos que teníamos. Además de enseñarnos a funcionar de otra forma para con la vida.
Beneficios del Yoga Integral para nuestra salud emocional
El yoga integral puede servir como una herramienta poderosa para romper ciclos de tensión y estrés. Las prácticas de hatha en conjunto a las prácticas de meditación pueden ayudar a liberar esas tensiones físicas atascadas en la fascia y reducir el estrés psicoemocional. Los asanas, el pranayama y la meditación son técnicas que pueden promover la relajación, la calma y el equilibrio emocional.
Conclusión
La fascia es esencial para nuestra salud miofascial y está intrínsecamente relacionada con nuestras emociones. Comprender la importancia de la fascia y cómo las cadenas miofasciales están conectadas con ella nos permite apreciar mejor cómo mantener una fascia saludable. La práctica regular de yoga no solo ayuda a mantener una fascia y un cuerpo saludable y disponible, sino que también apoya un estado emocional equilibrado. La integración de una sadhana diaria puede promover un estado de bienestar global.
Samuel