TRANQUILIDAD VITAL
En esta ocasión compartimos unas palabras extraídas de conversaciones con Mirra Alfassa, la “Madre”, que son extremadamente útiles para aplicarlas a la vida en cualquier situación y tiempo.
“Es menester que seáis tranquilos. Es evidente que cuando yo digo a alguien “sé tranquilo”, quiero decir muchas cosas diferentes según el caso de la persona. Pero la primera tranquilidad indispensable, es el sosiego mental, porque generalmente es la que falta. Cuando yo digo a alguien, “sé tranquilo”, quiero decir: procura no tener pensamientos agitados, excitados, inquietos; procura calmar tu mente y dejar de dar vueltas y más vueltas a todas tus imaginaciones, observaciones y construcciones mentales.
Podríais, razonablemente, formular una pregunta adicional: nos dices “tened tranquilidad”; pero ¿qué hay que hacer para poder tener esta tranquilidad? La respuesta es, siempre, más o menos, la misma. Es menester, ante todo, sentir esta necesidad, y quererla; luego aspirar a ella, y, finalmente, ¡intentar alcanzarla! Para llevar a término este intento, existe una cantidad innumerable de métodos que han sido preconizados y experimentados por mucha gente. Estos métodos son, generalmente, largos, arduos y difíciles; y muchas personas se descorazonan antes de alcanzar el objetivo; porque cuanto más lo intentan, más se inquietan y se agitan los pensamientos en su mente.
Para cada persona, el método adecuado es diferente, pero la primera cosa indispensable es sentir la necesidad de este sosiego, por la razón que fuere -tanto si es porque uno está cansado o abrumado, o, porque verdaderamente quiere elevarse por encima del estado en el que vive- es menester, antes de nada, comprender la necesidad de esta tranquilidad, de este sosiego, de esta paz en la mente. Y después de esto, podréis intentar sucesivamente todos los métodos, conocidos o nuevos, para alcanzar el resultado al que aspiráis.
Ahora bien, muy pronto, os daréis cuenta de que hay otra tranquilidad que es necesaria, e, incluso muy urgente: la tranquilidad vital, es decir, la ausencia de deseo. Sólo que cuando el ser vital no está suficientemente desarrollado, tan pronto como se le dice que se mantenga sosegado, tranquilo, o se pone a dormir o se declara en huelga. Dice: “¡Ah, no! ¡No voy a dar ni un paso más! Si no se me proporciona el alimento que necesito-la excitación, el entusiasmo, el deseo, incluso la pasión-, prefiero no moverme, y no haré nada más.”
La tranquilidad es un estado muy positivo. Hay una paz positiva que no es lo opuesto al conflicto; una paz activa, contagiosa, poderosa, que domina y que calma, que pone todas las cosas en orden, que organiza. Es de ésta que os hablo.
Savitri, Formadora de la Escuela Mahashakti