LA DANZA DE LOS 5 ELMENTOS
Desde el nacimiento todos los seres humanos poseemos la capacidad de expresarnos a través de nuestro cuerpo, es algo que pertenece a nuestra naturaleza. Podríamos decir que la expresión corporal engloba cualquier tipo de movimiento que utiliza el cuerpo como instrumento para transmitir ideas, emociones y sensaciones.
¿Qué es la danza? Las definiciones son infinitas, Rudolf Von Laban, precursor de la danza moderna, afirma que “danzar es conectar profundamente con un movimiento y realizarlo con la máxima verdad expresiva posible”. A esta acción tan compleja como sencilla desde el Yoga se le llama estar presente y ocurre cuando existe conciencia plena de cada momento. Para que esta experiencia pueda darse, el cuerpo, la mente, la vitalidad y la emoción deben estar funcionando en armonía.
La danza y el yoga
Entre los muchos beneficios que aporta la danza y ubicado dentro del contexto de una clase o de una Sadhana personal, podríamos destacar los siguientes: activa la creatividad, aumenta la consciencia corporal, libera las tensiones del cuerpo, despierta la energía vital, facilita la expresión emocional, fortalece la autoestima y la confianza, facilita la comunicación y la cohesión grupal… La danza en este ámbito puede ser un recurso muy interesante para los/as profesores/as de Yoga ya que conecta al practicante, desde un espacio creativo, con su parte devocional y espiritual facilitando una forma diferente de expandir su conciencia.
Existen muchas formas de danzar, tantas como culturas e incluso como personas. La Danza de los cinco elementos sugiere experimentarnos desde estos elementos que nos componen y que son Tierra, Fuego, Agua, Aire y Éter.
¡Danzar “desde” y no “hacia”! Realizar la acción por la propia acción en sí. Sin pretensiones, sin proyección, sin objetivos, sin perseguir aquellos frutos que quizá estemos anhelando. Estamos hablando de aplicar algunos de los principios del Karma Yoga, el Yoga de la acción consciente y desinteresada.
Esto permite crear condiciones para poder entrar hasta lo más profundo, conectar y re-conocernos desde nuestra naturaleza esencial.
La fusión de estas dos disciplinas “Yoga Integral y danza 5 elementos” se potencian entre sí multiplicando sus beneficios y dando lugar a una herramienta de conexión, de descubrimiento y de transmutación.
Contemplamos cinco aspectos esenciales que participan en el proceso y con los que podemos ir trabajando tranquilamente y son:
El cuerpo – La respiración – La atención – La Intención – la conexión
• El cuerpo: un tipo de movimiento determinado para cada uno de los cinco elementos.
Tierra, es el círculo, lo suave, lo maleable.
Fuego, es la línea, la fuerza, la dirección precisa.
Agua, es la vibración, lo inesperado, la liberación del control.
Aire, es el movimiento ligero, es la fusión de la mente y el corazón.
Éter, es la quietud, la pausa, la unidad, lo completo y la nada.
• La respiración: profunda y amplia. Consciente.
• La atención: a veces concentrada en el movimiento o en la respiración, a veces ligera y abierta captando lo interno y lo externo.
• La intención: concreta, clara y definida.
• La conexión: Es la experiencia espiritual o trascendente que está fuera de nuestro control y que se da cuando las condiciones internas son las adecuadas.
Esta línea de danza nace de la fusión de los principios rítmicos de los 5 elementos con herramientas de Yoga Integral, principalmente de la Meditación. La incorporación de estas herramientas le da profundidad a la práctica y amplifica sus beneficios y alcance.
De entre los muchos beneficios de esta práctica podríamos destacar
Activar la creatividad, aumentar la consciencia corporal, libera las tensiones del cuerpo, despierta la energía vital, facilita la expresión emocional, fortalece el cuerpo de forma general, mejora el equilibrio físico, estabilidad emocional, aumenta la autoestima y la confianza, facilita la comunicación, despierta la intuición, activa la conexión interior…etc.
La práctica de Danza Yoga Integral nos puede ayudar a tomar consciencia de diferentes ámbitos relacionados con lo cotidiano pero también de nuestra parte más profunda. Se puede considerar una meditación en movimiento en la que el autodescubrimiento se produce a través de la acción, ya sea desde una expresión expansiva como desde un movimiento milimétrico.
Este estilo de danza, dadas sus características especiales, requiere de una práctica en formato intensivo, ya sea de uno o de varios días.