LA CLASE COMPLETA DE YOGA INTEGRAL
El yoga surge como un camino que marca a sus practicantes el sendero hacia una existencia más amplia, auténtica, plena y gozosa. Este camino implica realizar un trabajo sobre los distintos ámbitos en los que se desarrolla la consciencia: lo físico, lo emocional o vital, lo mental y lo transcendente o espiritual. Desde nuestro punto de vista, si no se abordan cada uno de ellos con las herramientas adecuadas, se limitará el alcance del yoga.
Las personas que vivimos por y para el yoga, y en este caso el Yoga Integral, nos tomamos muy en serio el desarrollo consciencial de los ámbitos mencionados (físico, vital, mental y espiritual). Nuestra Sadhana o práctica diaria, aborda, en base a nuestra aspiración y sensibilidad, todos los aspectos de lo que somos, y lo hace a través de las distintas herramientas.
Cada herramienta yóguica no es para atender todos los aspectos de nuestra expresión. Por ejemplo, las técnicas Hatha Yóguicas (Asana, Pranayama, Bandha, Mudra, Satkarma y Kriya) son principalmente para abordar nuestra dimensión física y vital, aunque apoyen a aspectos relacionados con lo mental y espiritual. De la misma manera la meditación aportará transformaciones a nivel mental y espiritual directamente, y de manera indirecta a nivel físico y emocional.
Las Clases de Yoga regulares
Cuando en el Yoga Integral compartimos la enseñanza en formato de clases de yoga regulares, de uno, dos o varios días por semana, hacemos lo comentado anteriormente. Utilizamos este encuentro regular con el alumnado para compartir una propuesta yóguica que abarque todas las dimensiones existenciales.
Para nosotras, el tiempo ideal de una clase de yoga son 90 minutos. En muchos espacios, sobre todo en grandes ciudades, el tiempo que dedican a las clases regulares oscila entre 60 y 75 minutos, incluso menos en algunos lugares.
Esta hora y media de práctica ofrece la posibilidad de compartir una propuesta yóguica que abarque nuestra amplia dimensionalidad. En la Escuela de Yoga Integral Mahashakti desarrollamos una estructura que permite desarrollar herramientas que atienden todos nuestros aspectos sin tener que sacrificar lo que tanto se sacrifica: la meditación y la filosofía.
La estructura consta de 7 partes que explicamos a continuación:
- Activación- Esta parte se compone de dinámicas que rompen con la cadena de pensamientos y preocupaciones con la que suele venir la gente a una clase de yoga de horario de tarde o de noche. Además, activan la energía vital y preparan los tejidos a nivel físico y muscular. Todo esto le permitirá al alumnado “entrar” en la práctica yóguica que vendrá a continuación.
- Surya Namaskar o Saludo al sol- Con este encadenamiento dinámico de asanas terminaremos de preparar el cuerpo para la parte física que desarrollaremos en asana. También aprovecharemos este espacio y el anterior para trabajar la atención y la respiración consciente.
- Secuencia de Asana- En el Yoga Integral desarrollaremos secuencias de 12 asanas en general. Consideramos esta parte muy importante, pero evitamos que monopolice toda la enseñanza. De los 90 minutos de la sesión le dedicaremos entre 30 y 40 minutos, de esta manera, guardaremos suficiente espacio para el resto de las herramientas.
- Relajación- Para muchas de las personas que vienen a clases de yoga este es su momento preferido. En las intensas y ajetreadas vidas que hay en gran parte de la sociedad, el estrés y sus derivaciones afectan a muchas de ellas. Los minutos dedicados a la relajación son una oportunidad para el silencio interior a lo largo de su jornada. Le dedicaremos un tiempo adecuado que les permita relajarse, pero sin pasarnos. Una relajación demasiado larga limitará la atención, por somnolencia, en las siguientes partes de la práctica.
- Pranayama y Kriya- Estas súper herramientas pasan muchas veces desapercibidas en las clases de yoga. En nuestra propuesta siempre las utilizamos, ya que además de reeducar los músculos accesorios de la respiración y aportar numerosos beneficios, permiten subir el nivel de prana y la ubicación de éste, y así preparar lo que viene a continuación.
- Meditación- Todo lo anterior nos ha permitido preparar esta maravillosa herramienta. Meditar no es difícil si creamos las condiciones y utilizamos las técnicas adecuadas. El orden, la claridad y las habilidades para la vida que aporta la meditación difícilmente las desarrollaremos practicando otro tipo de técnicas yóguicas. En nuestra propuesta yóguica la meditación ocupa un lugar irremplazable y de manera progresiva será compartida en cada clase de yoga.
- Final- Los últimos minutos de clase, en los que ya hemos calmado un poco al “dragón” emocional con la atención y la respiración, hemos estirado, retorcido, fortalecido y equilibrado el cuerpo con el asana, y nuestra mente está más abierta, ordenada y receptiva gracias a la meditación, los utilizamos para compartir la abundante, rica y transformadora filosofía y enseñanza yóguica. Una reflexión bien desarrollada, algún aspecto metafísico expuesto adecuadamente o un cuento inspirador de sabiduría, por ejemplo, pueden abrir a posibilidades o dar respuestas a muchas personas sobre aspectos transcendentes de la vida. Aspectos para los que no vale la mente intelectual, racional y lógica, ya que sólo pueden ser parcial o totalmente resueltos desde la parte mental abstracta o superior como le llamamos en el Yoga Integral.
Para que todo lo anterior pueda ser integrado por las personas que reciben la enseñanza, tendrá que estar comprendido dentro de un método pedagógico y una visión global de todas las partes de la sesión.
Esta estructura y este método es el “guion” que seguimos en nuestras clases de Yoga Integral, pero un guion que puede ser modificado cuando la inspiración del momento lo requiera. Todo esto permitirá que el alumnado reciba una enseñanza completa e integre, a su vez, una estructura metodológica que le sirva para realizar una práctica de yoga cada vez más autónoma.
En las distintas propuestas formativas que ofrecemos desde la Escuela, enseñamos al alumnado a integrar y desarrollar estar estructura pedagógica, para que ofrezcan clases de yoga completas, estructuradas y profundas o para que desarrollen su Sadhana personal con autonomía y hondura.