PREPARANDO LA PRÁCTICA MEDITATIVA
Cuando nos sentamos a meditar en ocasiones no caemos en la importancia de prepararnos adecuadamente. No nos llevará mucho tiempo, solo unos minutos, en los que atenderemos detalles que pueden ser claves a la hora de acceder a una buena experiencia meditativa. Tres van a ser los aspectos a tener en cuenta: el espacio de práctica, el material, la acción propia de sentarse. Hay un cuarto punto que consiste en preparar la atención que dejamos para el mes que viene.
El espacio de práctica. Es el lugar donde vamos a meditar habitualmente Puede tener unas características ideales que nos van a facilitar la experiencia meditativa:
- Procuraremos que esté limpio y ordenado.
- Evitaremos meditar en lugares abigarrados.
- Es preferible que esté bien ventilado y que tenga luz natural.
- Que esté total o parcialmente insonorizado.
- Si es posible, una estancia que utilicemos exclusivamente para la práctica.
Es evidente que lo anterior es un lugar ideal, en el Yoga Integral nos adaptamos con alegría a cualquier situación, circunstancia y lugar dando gracias a la vida por lo que pone en nuestras manos.
El material de meditación. Para meditar sentado se precisa de pocas cosas, si éstas son de calidad y se adaptan a nuestra constitución y sensibilidad pueden evitarnos incomodidades que boicotean una buena experiencia meditativa.
- Un buen cojín, en él vamos a estar mucho tiempo por lo que ha de ser de buena calidad que preferiblemente fabricado de materiales naturales. Será compacto y cómodo, adaptándose perfectamente a nuestra constitución física. Tendrá forma de media luna y una altura que facilite que las rodillas puedan apoyarse en el suelo, evitar zafus redondos o cojines blandos.
- Un chal de meditación, este nos ayudará a regular la temperatura corporal, ya que cuando meditamos tiende a bajar un poco. El material podía ser algodón o seda, evitando colores intensos. Este chal solo lo utilizaríamos para meditar.
- Una esterilla o manta para aislarnos del suelo, ya que en la medición, excepto en las ocasiones en la que meditamos con la Madre Tierra, evitaremos su contacto.
- Ropa cómoda, que evite tiranteces o presiones que limiten la amplitud en la apertura de cadera o que aprieten innecesariamente
La propia acción de sentarse. Una vez disponemos del espacio y el material veamos donde y como nos vamos a sentar a meditar. Lo ideal es hacerlo en un cojín en el suelo, pero en ocasiones, nuestro cuerpo puede no estar acostumbrado a permanecer demasiado tiempo en el cojín, por lo que podríamos utilizar temporalmente un banquito o una silla asegurándonos así la comodidad en la práctica. Nos centraremos ahora en la forma adecuada de sentarnos en el cojín, ya que de ello va a depender, en parte, que la incomodidad no sea un lastre para la experiencia posterior:
1. Para empezar es mejor sentarnos en Sidhasana obviando posturas complejas o forzadas.
2. Una vez sentados en el cojín colocamos las manos detrás agarrándolo y nos inclinamos hacia adelante ajustándolo a las nalgas.
3. A continuación realizando una anteversión y con la espalda totalmente estirada nos incorporamos a la vertical.
4. Una vez incorporados colocamos las manos agarrando las rodillas.
5. Los brazos ligeramente doblados sostendrán la verticalidad del tronco manteniendo ligeramente activos los bíceps.
6. Terminamos sacando un poquito el pecho hacia adelante por la propia tracción de los brazos.
Si meditamos en una silla o banquito de meditación nos aseguraremos que la espalda esté derecha. Hecho lo anterior estamos en mejor disposición para una buena meditación. Si quieres, procura aplicar las indicaciones anteriores y continúa con la propuesta de meditación concentrativa que se sugiere a continuación. ¡Qué tengas buena práctica!
Om Shanti
Saranagati Das