ACTIVACIONES PARA TUS CLASES DE YOGA INFANTIL
En primer lugar, empezaremos siempre con una activación. Muchas personas se sorprenderán al leer ésto, ¿por qué una activación?, ¿no se supone que la finalidad de las sesiones es que los niños y niñas se relajen?
Aunque pueda sonar extraño, la activación suele ser necesaria para que los más pequeños vayan entrando en la clase, dejen atrás los asuntos que les preocupan o agitan y finalmente puedan relajarse, soltar tensiones y ganar consciencia de sí mismos. Porque ésa es la verdadera finalidad del Yoga Infantil: que tomen consciencia de sí.
A continuación, compartimos 4 ejercicios de activación que podéis utilizar en vuestras clases. Son especialmente adecuados para niños y niñas de 3 a 6 años.
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CONGELAR Y DESCONGELARSE
Con la ayuda de la música, iremos moviéndonos por el espacio. Explicamos a los niños que estamos en invierno y que hace mucho frío. Tanto, tanto, que algunas partes de nuestro cuerpo se van a ir congelando, lo que significa que no las vamos a poder mover. Se nos va a congelar primero… un pié. Luego un brazo entero. Después la cabeza. Así hasta que tengamos todo el cuerpo congelado y no nos podamos mover. Una vez que estemos completamente quietos, decimos a los niños que va a empezar a salir el sol por el horizonte. ¡Ya llega la primavera! Con el calorcito de los rayos del sol, nos vamos a ir descongelando, pero también por partes. Poco a poco, iremos recuperando la movilidad.
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QUIETOS COMO ESTATUAS
Pondremos música y, cuando ésta deje de sonar, tendremos que quedarnos completamente paralizados, como si fuésemos estatuas. Si la música vuelve a sonar, volvemos a movernos y a bailar por todo el espacio.
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BAILAR CON UN DEDO PEGADO
En parejas, y con música de fondo, empezamos a bailar. Pero estamos pegados por un dedo, por lo que no podemos separarnos del todo. Podemos probar distintos movimientos y arriesgarnos un poco, siempre y cuando ese dedo no se separe del todo.
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POLVO DORADO
Imaginamos que una nube muy grande y dorada se posa sobre nuestras cabezas. La nube empieza a descargar montones de partículas doradas sobre nosotros. Visualizamos cómo ese polvito dorado va cayendo sobre la cima de nuestras cabezas, la cara, los hombros, y el resto del cuerpo. Una vez hemos terminado de visualizar, tratamos de sacudirnos el polvo dorado. Primero de los pies, luego de las piernas, y así en sentido ascendente. Se puede hacer de forma individual o en parejas.
¿Hay algún otro ejercicio que os hayáis utilizado y queráis compartir con los demás? Os animamos a escribirlo en los comentarios.
Nuria