Un espacio para danzar en la práctica de Yoga Integral
Este escrito es una breve exposición de como la danza puede, y de hecho lo hace, enriquecer nuestra práctica personal de Yoga o Sadhana como le llamamos los yoguis y yoguinis. Dentro del contexto del Yoga Integral podríamos decir que pertenece al Bhakti Yoga o Yoga de la devoción.
Los orígenes de la danza, desde el sentido más amplio de la palabra, se remontan al inicio de la especie humana, incluso antes de las primeras formas de comunicación a través del lenguaje oral. Se sabe que la danza puede haber formado parte de la vida cotidiana de los primeros seres humanos como una forma de transmitir historias así como parte de diversos rituales. Podemos entender entonces que el objetivo fundamental de la danza ha sido siempre una forma de comunicarse.
La danza y el yoga
Desde el nacimiento todos los seres humanos poseemos la capacidad de expresarnos a través de nuestro cuerpo, es algo que pertenece a nuestra naturaleza. La expresión corporal se puede considerar todo tipo de movimiento que utiliza el cuerpo como instrumento para transmitir ideas, emociones, sensaciones…
Entre los muchos beneficios que aporta la danza y ubicado dentro del contexto de una clase o de una Sadhana personal, podríamos destacar los siguientes: activa la creatividad, aumenta la consciencia corporal, libera las tensiones del cuerpo, despierta la energía vital, facilita la expresión emocional, fortalece la autoestima y la confianza, facilita la comunicación y la cohesión grupal… La danza en este ámbito puede ser un recurso muy interesante para los/as profesores/as de Yoga ya que conecta al practicante, desde un espacio creativo, con su parte devocional y espiritual facilitando una forma diferente de expandir su conciencia.
El yoga integral
El Yoga Integral es una disciplina que contempla todos los aspectos del ser humano y en esa mirada holística, y dados todos los beneficios que nos aporta la danza, la incorpora dentro de una Sadhana Yóguica como elemento complementario, de diferentes maneras. Hay muchas formas de danzar, dependiendo de nuestro objetivo podemos escoger una danza coreografiada o una danza libre, una danza que trabaje la voluntad o una que despierte la alegría…vemos algunas opciones a continuación:
- Dentro de una clase de Yoga Integral
- Asociada al ámbito de Asana “Danza-Karana”
- Como entidad en si misma
- Como herramienta para el descubrimiento y la transmutación
Dentro de una clase de Yoga Integral:
Habitualmente para las clases utilizamos la danza coreografiada donde el alumnado se siente más seguro dentro de unos pasos establecidos. Como primera práctica de la clase permite por un lado conectar con el cuerpo, activarlo y prepararlo para la práctica de asana y por otro lado ayuda al alumno a desconectar de las posibles tensiones del día. Un ejemplo de ello es la Danza de Kali o la Danza del Guerrero/a que despiertan nuestra fuerza más luminosa y profunda, o la Danza del despertar de la Tierra que nos conecta con este elemento y nos aporta confianza y seguridad, o la Danza Ishq Allah que nos conecta con el amor más elevado. Cuando vamos teniendo experiencia e integrando criterios pedagógicos, sabemos entre otras muchas cosas a elegir adecuadamente la danza y donde ubicarla en una clase.
Asociada al ámbito de Asana “Danza-Karana”:
Su práctica se caracteriza por la fluidez. Se realiza enlazando asanas entre sí con movimientos armónicos dando lugar a una secuencia con un ritmo o cadencia concreta. La podemos crear con un principio y un final definido o repitiendo secuencias de movimientos hasta el final de la música. Podemos crearlas también para trabajar dentro de la esterilla o sin ella. Y el último aspecto indispensable es integrar la respiración a cada movimiento tal como se realizan en los talleres y retiros de Yoga y Danza.
Como entidad en si misma:
Algunas danzas por su duración y temática pueden ser trabajadas como práctica única o principal. Por ejemplo la Danza de los cuatro puntos cardinales de naturaleza meditativa, que nos aporta la experiencia de “volver al centro”. Otro ejemplo puede ser la Danza Adhi Shakti que abre nuestro corazón y aviva nuestra aspiración al encuentro con lo más elevado. Una vez terminada conviene canalizar la energía que se ha despertado con Kriyas. Los Kriyas en el contexto del Yoga Integral son ejercicios que utilizan la respiración, los bandhas y la atención para llevar la energía movida en una práctica a un punto que interese y evitar de esta manera que el movimiento energético caiga en la inercia habitual.
Como herramienta para el descubrimiento y la transmutación:
Danza Integral de los 5 elementos (Tierra, Fuego, Agua, Aire, Éter). En esta forma de danza hay cuatro puntos esenciales a tener en cuenta: El cuerpo – La respiración – La atención – La Intención. El cuerpo: un tipo de movimiento determinado para cada uno de los 5 elementos. La respiración: profunda y amplia. La atención: centrada en el movimiento y en la respiración. La intención: concreta, clara y definida. Esta línea de danza nace de la fusión de los principios rítmicos de los 5 elementos con herramientas de la Meditación Integral. La incorporación de estas herramientas le da profundidad a la práctica y amplifica sus beneficios y alcance. Nos puede ayudar a tomar consciencia de diferentes ámbitos relacionados con lo cotidiano pero también de nuestra parte más profunda. Esta fusión de la danza y la Meditación Integral suponen una meditación en movimiento <<el autodescubrimiento a través de la acción>>Este estilo de danza dados sus características especiales se ubica en el contexto de retiros de Danza, Yoga y Mantra.
Conclusión
Practicar Yoga Integral de forma regular va progresivamente, gota a gota, dejando un poso en nuestro interior. Quienes llevan a cabo su Sadhana con cierta profundidad experimentan, y así lo expresan, cómo la práctica no son sólo ejercicios para sentirnos más fuertes, sanos y tranquilos – ¡que no es poco! – si no que ese poso va transformándonos a un nivel profundo y nos coloca ante la vida con una mirada más compasiva y con mayor capacidad de amor.
Recordemos cada día que el Yoga es un camino espiritual, una vía, una senda que nos acerca a descubrir nuestra más profunda y luminosa Verdad.
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