BIOGRAFÍA DE SRI RAMANA MAHARSHI
Nace en 1879 con el nombre de Venkataraman Ayyar, en una pequeña aldea situada al sur de la India. Su padre era juez de profesión y murió cuando el joven Ramana tenía apenas 12 años. A raíz de este acontecimiento, y debido a la enorme desolación que inundó a toda la familia, Venkarataman fue enviado a vivir con su tío. Allí estudió en el prestigiosos colegios como el Scoot´s Middle School y la American Mission Hight School.
Desde los 16 años, mostró un espectacular interés por la literatura religiosa. Aunque nunca había sido un lector empedernido, cuando descubrió el Periyapuranam, de Sekkilar, un libro que describía las vidas de los santos shivaítas, quedó totalmente enganchado. Poco después de que esta obra llegara a sus manos, Ramana vivió una experiencia que marcaría un antes y un después en su vida. De repente, tuvo el fuerte presentimiento de que se iba a morir y se tumbó en el suelo para entregarse a ello. Cerró los ojos con todas sus fuerzas y sintió cómo su cuerpo se moría, aunque él estaba consciente. En aquellos instantes, tuvo la certeza de que su yo verdadero estaba mucho más allá de su apariencia física, de sus pensamientos y sentimientos.
Tal y como él afirmó “El terrible impacto del miedo a la muerte hizo que mi mente se dirigiera hacia adentro y me dije ¿Qué significa todo esto?, ¿qué es lo que muere?”.
A partir de ese momento, Ramana no volvió a percibirse nunca como una persona aislada, aferrada a los velos de la materia y a los caprichos de la mente.
En agosto de 1896, cogió unas pocas monedas y lo abandonó todo, para dirigirse hacia los pies de Arunachala, una montaña sagrada al sur de Madrás que, desde pequeño, le había fascinado. Allí vivió en completo silencio, y desapego, meditando siempre.
Pasados 10 años, había alcanzado una paz tal que muchas personas empezaron a acercarse. Surgieron así los primeros discípulos, que se fueron multiplicando rápidamente. Ellos le pusieron el nombre de Sri Ramana Maharshi.
En el año 1922, sus seguidores decidieron construir un ashram a las faldas del Arunachala, un ashram que tuviera la capacidad de acoger a miles de visitantes. Allí Ramana vivió y compartió el día a día con todos los buscadores de la verdad que quisieron acercarse. Entregado por completo, era sin embargo un hombre reservado, que no pronunciaba más que unas pocas palabras al día. Dicen que enseñanza más poderosa fue el silencio.
Muchos de los allí presentes pudieron comprobar cómo, de ése silencio, emergía un poder inconmensurable que aquietaba la mente y el espíritu. Pasar unos instantes al día en ese silencio colmaba por completo el corazón.
Ramana Maharshi había alcanzado ese estado de manera espontánea, pero era consciente de que no todo el mundo podía lograrlo de la misma forma. Por eso recomendó el camino de la autoindagación, o atma vichara, donde la pregunta más importante era “¿Quién soy yo?”.
Esa simple cuestión, formulada muchas veces a lo largo del día, disolvería todas las falsas creencias y apegos que nos mantenían atados al sufrimiento. Vemos, pues, que el sendero espiritual que recomendó Ramana Maharshi estaba exento de dogmatismos.
Además, nunca aconsejó abandonarlo todo para recogerse en el espíritu. Por el contrario, instó a sus discípulos a transitar por las diferentes experiencias mundanas como actores que interpretan un personaje, actores que contribuyen al bien de la humanidad, en mitad de la vida, pero que están tremendamente conectados con su Ser verdadero.
En 1949 se le detectó un tumor maligno en el brazo izquierdo. Sus seguidores quedaron muy preocupados desde entonces, pero él estaba completamente tranquilo. Nunca se identificó con la enfermedad ni con el dolor de su cuerpo. Murió de cáncer en abril de 1950, a los 70 años de edad.
Rama Maharshi dejó muy poco escrito, pero sembró una huella indeleble en la historia de la espiritualidad. Gracias a él, muchas personas conocieron la paz y la verdad en el corazón. Hoy en día, el ashram de Sri Ramana Maharshi continúa abierto para todo aquel que quiera visitarlo.
Nuria, Auxiliar de la Formación de Profesores/as de Yoga Integral